La permanencia de las familias migrantes de jornaleros/as agrícolas en un solo lugar de trabajo, es un determinante fundamental para el logro exitoso de las trayectorias escolares para que los hijas/os concluyan la educación básica, señala la doctora Teresa de Jesús Rojas Rangel. 

La académica de la Universidad Pedagógica Nacional menciona que en Sonora las dinámicas de asentamiento definitivo y temporal, así como los arreglos de las familias para disminuir los desplazamientos de sus hijos, están produciendo un efecto significativo en su escolaridad. 

“El efecto positivo se observa en las trayectorias escolares de los menores de edad y también en términos intergeneracionales, ya que la escolaridad de las/los alumnos que han concluido la educación básica es un avance importante en la escolaridad de los padres de familia”, detalla. 

En su trabajo Trayectorias escolares de hijos de familias agrícolas migrantes en Sonora, México publicado en la revista región y sociedad editada por El Colegio de Sonora, describe que el 1.3 por ciento de los padres reconocen su pertenencia a un grupo étnico, y 28 por ciento es hablante de lengua indígena, en su mayoría de náhuatl. 

 Además, tienen una escolaridad muy limitada, casi 24 por ciento no sabe leer ni escribir, y 69.6 por ciento afirma haber asistido a la escuela y, de dicho porcentaje, 67.5 por ciento contaba hasta con cinco años de estudios, 18.9 por ciento reportó seis años de escolarización acumulada, los que corresponden a la primaria, y 13.5 por ciento dijo haber cursado nueve grados, equivalentes a la secundaria. 

“Esto contrasta notoriamente con las fragmentadas, discontinuas e incompletas de la mayoría de niñas/os jornaleros migrantes; el obstáculo principal es el trayecto por la primaria, y que una vez que las/los hijos logran inscribirse en secundaria, transitan por ella con altas posibilidades de concluirla y la existencia de arreglos familiares de migrantes para permanecer el tiempo suficiente o retornar a un lugar”, explica. 

Rojas Rangel agrega que la mayoría de los/las alumnas de familias asentadas, cursaron preescolar, primaria y secundaria en los servicios educativos del Programa Educación Básica para Niñas y Niños de Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes en el mismo campamento donde fueron entrevistados, sin que se registre asistencia alta en las escuelas de sus comunidades de origen. 

Advierte que no existen estudios en el país cuyo objeto sea el planteado por la doctora Rojas, por lo que este estudio ofrece un aporte pionero que explora los procesos educativos de niñas y niños en el marco de los asentamientos crecientes de las familias jornaleras agrícolas en las regiones del noroeste, como es el caso de Sonora. 

El artículo completo puede consultarse de manera libre en: https://regionysociedad.colson.edu.mx:8086/index.php/rys/article/view/1181/1565