Empresarios, explotación agrícola, compraventa de predios y crédito en el valle del Yaqui, 1934-1970

colson

“Los intereses de los gobiernos federal y estatal de colocar la mirada en el crecimiento del Yaqui y forjar en él una agricultura comercial próspera, fue cristalizada a través de la banca de desarrollo y de la Secretaría de Agricultura y Fomento”, señaló la doctora Ana Isabel Grijalva Díaz. 

La profesora-investigadora de El Colegio de Sonora mencionó que los involucrados en el cambio cultural sobre el uso de la tierra y su transformación fueron: La Constructora Richardson, el Banco Nacional de Crédito Agrícola y la Irrigadora del Yaqui. 

La transformación de las áreas rurales agrestes por áreas de base agrícola en el valle del Yaqui, proviene de manera sistematizada desde el periodo porfirista, la cual a pesar de haber sido defendida por la tribu yaqui, fue fraccionada, sin poder desalojar del valle del río Yaqui a los blancos. 

“Durante el periodo de la Richardson en Liquidación (1932 a 1944) se enajenaron entre cinco y diez mil hectáreas anuales, permitiendo que incursionaran en el valle más de doscientos nuevos propietarios cada año, con extensiones de entre 50 y 300 hectáreas cada uno”, dijo. 

Durante su participación en la sesión de junio del Seminario General de Investigación de El Colson, la doctora explicó que la fertilidad empresarial se relacionó con las compañías agrícolas conformadas con agricultores vecinos de una o varias manzanas del fraccionamiento. 

Destacó que más tarde, varios de estos mismos agricultores constituyeron empresas agrocomerciales, agroindustriales y de servicios para procesar y comercializar la producción de arroz, trigo, garbanzo y algodón.

“La fertilidad empresarial posterior a la década de 1940, pretendió satisfacer las necesidades de la demanda de automóviles, tractores, equipos y refacciones agrícolas, agroquímicos, seguros, electrodomésticos y almacenes de enseres personales”, sostuvo. 

Grijalva Díaz añadió que las ramas empresariales de agroquímicos, fumigadoras y refacciones crecieron y diversificaron, y también creció la necesidad de empresas de transportes de cargas, camiones, servicios agrícolas y hotelería y hospitales. 

Concluyó que entre 1917 y 1934 se protegió jurídicamente la integridad de los latifundios productivos en el país; en 1934, terminó el preámbulo de la reforma agraria con la expedición del Código Agrario de los Estados Unidos Mexicanos que garantizó las distintas formas de tenencia de la tierra. 

Escrito por Ana Rosa Sánchez Orendain

Productora de Medios Impresos
  •  asanchez@colson.edu.mx
  •  (662) 259-5300 ext.2293


Scroll to Top