Los carrancistas y los obregonistas en el Congreso Constituyente de 1916-1917

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“En el siglo XXI el debate político en México ha versado en torno a si se debe o no reformar la Constitución o hasta dónde, y este texto es un aporte a ese debate y una búsqueda para entender los orígenes de la Constitución de 1917, los objetivos que se trazaron los constituyentes, qué pretendían evitar y hacía dónde querían guiar al país”, mencionó el doctor Miguel Ángel Grijalva Dávila. 

Durante el conversatorio sobre su libro Sonora en el Congreso Constituyente 1916-1917, que se llevó a cabo el pasado 11 de junio en el auditorio de la Sociedad Sonorense de Historia, compartió con los asistentes reflexiones sobre las múltiples modificaciones en las interpretaciones sobre el Congreso Constituyente. 

Explicó que aunque la designación de los diputados del Congreso Constituyente se realizó mediante elecciones, eso no significó que fuera un proceso democrático pues la convocatoria para ser constituyentes excluyó a todos los revolucionarios que apoyaron con las armas o de otra manera a los bandos no constitucionalistas. 

“Se quedaron sin representación los villistas, zapatistas, magonistas, y por supuesto aquellos que cooperaron con el régimen de Victoriano Huerta y con el de Porfirio Díaz. Otra cuestión que no hay que perder de vista es que los constituyentes no crearon una nueva constitución desde cero, sino que evaluaron, modificaron y aprobaron la constitución que puso en sus manos Venustiano Carranza”, dijo. 

Grijalva Dávila mencionó que las primeras diferencias entre los diputados fueron entre quienes apoyaban el proyecto de Carranza, entonces identificados como “carrancistas”, y los que se le oponían, grupo en el que se aglutinaron hombres identificados como leales al general Álvaro Obregón, y por lo tanto conocidos como “obregonistas”. 

Por muchos años esa fue la concepción que se tuvo del Constituyente, un congreso en el que no había bancadas conformadas por partidos, sino por “radicales” y “moderados”, los seguidores de Obregón y los de Carranza. 

“En el Constituyente se enfrentaron dos grupos: el que quería reforzar al Estado para que garantizara el bienestar de las mayorías, y el que pretendía reforzar los derechos y las libertades individuales para que cada ciudadano asegurara su bienestar”, de acuerdo a Armando Quijada. 

Finalizó con la reflexión de Quijada sobre cómo el Constituyente es un claro ejemplo del debate en que viven los Estados de Occidente en la era moderna, añadió, entendida como el periodo posterior a 1789, donde permanecen en constante lucha las posturas liberales y socialistas en el sentido clásico de los términos.

Escrito por Ana Rosa Sánchez Orendain

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