Microcréditos y autonomía económica de las mujeres

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“Los estudios más recientes sobre la eficacia del microcrédito para las mujeres muestran la necesidad de incluir, además de las económicas, otras dimensiones al evaluar estas políticas de apoyo, tales como las relaciones de poder, las asimetrías de género y el contexto sociocultural”, aseguran las doctoras Cecilia Lorena Velarde Flores y Lorenia Velázquez Contreras. 

En su artículo publicado en la revista región y sociedad advierten que la población objetivo de gran parte de los programas sociales que se implementan son las mujeres y se ejecutan en contextos y culturas de desigualdad, donde ellas están en desventaja económica y social; y sus posibilidades de desarrollo están restringidas y además de ser escasas. 

Advierten que, aunque las políticas sociales colocan a las mujeres en el discurso de la agenda pública con el propósito de su empoderamiento, éstos no profundizan en la raíz de la desigualdad; por el contrario, se alejan de provocar verdaderos cambios sociales. 

“Es menos oneroso para los gobiernos implementar políticas públicas que tengan un discurso de perspectiva de género que garantizar a las mujeres sus derechos como ciudadanas. Debido a que los gobiernos no tienen una convicción política en ese sentido, sus derechos son y serán aplazables”, sostienen. 

Velarde Flores y Velázquez Contreras explican que el diseño de los microcréditos se enfoca en las mujeres, considerando el efecto multiplicador que de manera colectiva pudiera tener, pero dichas acciones del Estado para promover el empoderamiento de las mujeres y combatir la pobreza carecen de una reflexión sobre las relaciones de género. 

“Si bien las mujeres han logrado mejorar sus ingresos, continúan las relaciones de subordinación que se derivan de las estructuras de poder y los microcréditos tienden a convertirse en una forma de supervivencia familiar más que en una fuente de acumulación de ingresos”, exponen. 

Por otra parte, destacan, los factores macroeconómicos, como el precio de los insumos y las rentas, entre otros, afectan la sostenibilidad de los negocios que se emprenden y de acuerdo al análisis bibliométrico realizado es concentrarse en estudiar la parte cualitativa, y factores como la pobreza, la desigualdad de género y las relaciones de poder. 

Añaden que es necesario tener un panorama general sobre la producción académica acerca del tema y cimentar la construcción del estado del arte, en un proceso en el que, a partir de indicadores específicos, que puedan detectar las principales formas de beneficiar a las mujeres en situación de pobreza. 

Si te interesa leer el artículo completo puedes ingresar aquí

Escrito por Ana Rosa Sánchez Orendain

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