Fecha de publicación: 01/09/2020 Tweet Compartir
“La nueva regulación de la NOM 051 en la exhibición del contenido de los alimentos y bebidas, debe ir acompañada de campañas de difusión dirigidas al consumidor, y de políticas públicas enfocadas a la restricción de la venta de los productos con bajo valor nutricional y al fomento de la activación física”, expuso Elsa Cornejo Vucovich.
La asistente de investigación en El Colegio de Sonora mencionó que esta estrategia que será obligatoria a partir del 1 de octubre en México, representa un cambio favorable para reducir los índices de las enfermedades y padecimientos crónicos degenerativos que actualmente representan un problema de salud en el país.
“A diferencia de la tabla nutrimental que se colocaba al reverso de los productos con letra pequeña, esta nueva presentación hará más evidente con alertas en la parte frontal, cuando los alimentos contengan altos niveles de azúcar, sal, sodio, grasas saturadas, y calorías”, dijo.
A pesar de que esta nueva regulación en el etiquetado de los productos, ha sido rechazada por organizaciones y empresas de la industria alimentaria porque consideran que esta medida puede reducir las ventas e impactar de manera negativa en sectores productivos, indicó que debe servir para obligarlas a tener una producción de alimentos más saludable.
Destacó que para garantizar que se cumpla con el objetivo del nuevo etiquetado, será necesario que este cambio sea acompañado de intervención por parte de las instituciones de salud que puedan evaluar a corto, mediano y largo plazo, los cambios generados, y promover la disminución de comorbilidades.
“Considero que es un avance porque obviamente trabajábamos mucho en estos programas como MetaSalud y MetaSalud Diabetes en donde intentamos enseñarle a las personas de las comunidades urbanas y rurales de Sonora, cómo leer e interpretar las etiquetas y sí ese etiquetado es bastante confuso”, expresó.
Cornejo Vucovich mencionó que las estrategias comprensivas e integrales de las políticas de salud pública, deben incluir mecanismos que alienten a hacer cambios de comportamientos que son positivos y propositivos, que fomentan una buena alimentación pero al mismo tiempo, brindar herramientas que permitan tomar mejores decisiones a la hora de consumir alimentos.