El agua que bebemos, tan solo plantear el tema desata un caudal de preguntas

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“Los que trabajamos el agua embotellada en México, somos muy pocos. Es un tema abordado solo por algunos investigadores y en el que falta mucho trabajo y políticas públicas, así como difusión de este tipo de investigaciones, realmente sí es meritorio un trabajo de este tipo”, señaló la doctora Delia Montero Contreras. 

En su intervención durante la presentación del cuaderno de investigación ¿Agua segura? El mercado de agua embotellada en Hermosillo de la maestra María Elena vega (Colson 2020) el pasado 15 de agosto, la académica de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa, destacó la importancia de los estudios relacionados con la calidad del agua en México y manifestó su interés por realizar un estudio comparativo con la autora. 

Comentó que también es relevante que los estudiosos del tema establezcan flujos de información constante, además de crear mecanismos para difundir la información sobre la calidad del agua a través de las instituciones educativas, porque son organismos que generan confianza en las personas. 

Por su parte, el doctor Nicolás Pineda Pablos quien también presentó la publicación, afirmó que su tema central ha sido poco abordado y estudiado, y las preguntas que formula pocas veces tienen una respuesta bien documentada y contundente, por lo que se trata de un asunto que puede revelar muchos de secretos de organización social y de la coyuntura histórica actual. 

“Estamos ante un texto que trata un tema que atañe a todos, un tema apasionante que atraviesa todas las edades, géneros, sectores socioeconómicos y grupos sociales: el agua que bebemos, tan solo plantear el tema, éste desata un caudal de preguntas”, dijo. 

Agregó que la publicación es muy oportuna y relevante e inaugura el tema de la calidad del agua a nivel local, y a nivel nacional, tema sobre el cual se han tenido las primeras aproximaciones y sobre el que habrá mucho más que investigar en el futuro.

Finalmente la autora del libro, maestra Vega Amaya, explicó que es preocupante que en Hermosillo se dé éste fenómeno de alto consumo de agua embotellada y se deje de lado el agua potable que provee Agua de Hermosillo a través de la red que es de buena calidad. Esto sin tomar en cuenta que es un municipio y un estado con estrés hídrico permanente debido a la escasa disponibilidad de agua, y sin embargo, se desperdician cuatro litros de agua para producir uno de agua purificada. 

“De qué sirve tener un producto que la gente compra pero lo echa a la basura, no lo utiliza para su función, de qué les sirve al Organismo brindar agua de buena calidad si no lo informa de la manera adecuada, en un lenguaje que la gente entienda y sea de fácil acceso”, sostuvo.

Añadió que este problema complejo tiene que analizarse desde varias perspectivas, y los acuerdos a los que se llegue no solo competen a las instituciones sino a la población general como actores partícipes no solo con la compra de un garrafón, sino con el derecho de exigir a las empresas purificadoras información sobre la calidad del agua que comercializan.   

Escrito por Ana Rosa Sánchez Orendain

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