Nuestro clima


colson

Juan Poom Medina

Copia textual de Tribuna - Observatorios Urbanos

  

En pocos días finalizará el mes de noviembre para que llegue diciembre. Según leo en una revista, Kiribati, una república insular del Pacífico Central, es el primer país que va a recibir 2025. El turismo que recibe tradicionalmente se convierten en una especie de “viajeros del tiempo” porque algunos gustan de cruzar la línea internacional imaginaria que ahí se encuentra, y con la que se da el cambio de fecha y divide al mundo en dos hemisferios: este y oeste.  

Mi sentir es que en estos días nos ha faltado un poco más de clima frío que acompañe el cierre del año, por supuesto, con menor ritmo de trabajo. Puede entenderse la explicación sobre los efectos del cambio climático y otros factores, pero es importante destacar lo bien que hace a ciertas sociedades tener temporadas con climas que no sean tropicales o demasiado cálidos. Por ello, hablar del clima frío y su posible influencia en el comportamiento y desempeño de los grupos de individuos permite preguntarnos ¿El clima nos dice algo sobre nuestra sociedad? 

Alguna literatura dice que en los tiempos en que Montesquieu miraba a Inglaterra como el paradigma de la libertad, pese a que su actitud hacia ese país había cambiado cuando escribió “Cartas Persas”, este autor clásico francés atribuía la formación, los hábitos y costumbres de ese país al clima, al suelo y a la población. Montesquieu señalaba que la primera causa física, el primer elemento básico que soporta toda sociedad humana es el clima y este influye en su formación. Eran tiempos en que se proponía buscar las “relaciones ocultas” de los “hechos sociales”, demostrar que, por debajo de las apariencias, hay en la historia una serie de causas físicas, sociales, morales, que explican una determinada realidad social. 

Se puede decir que su obra “Del Espíritu de las Leyes” (1748), en donde señala que las “cosas” tienen una naturaleza que las hace ser tales, y tienen a la vez un principio, que es lo que las hace obrar, es de donde surge la afirmación de que los principios de una sociedad nacen de la naturaleza. En otras palabras, la naturaleza explica una parte lo que somos y cómo somos. En la teoría del clima que este pensador desarrolla describe el efecto que el frío o el calor pueden ejercer sobre las fibras del cuerpo humano. Montesquieu distingue los países fríos de los que son cálidos, los pueblos del Norte con los del Sur. Señala que el clima se relaciona con determinadas enfermedades, así como con el carácter perezoso o activo, valiente o cobarde, lúdico o ascético, esclavo o amante de la libertad. 

Es cierto que en su obra no habla de una relación directa, por ejemplo, entre el clima y el carácter perezoso o activo de los individuos. Más bien, se refiere a una relación mediatizada en varios niveles hasta impactar en el comportamiento. Muchas personas por eso afirman que durante el frío rinden mejor que durante el verano, sin embargo, también la naturaleza del verano mucho nos dice sobre los beneficios que trae a otros componentes de nuestra sociedad como los cultivos en zonas en donde la lluvia es abundante, o la sensación de bienestar cuando estás en una playa o sintiendo el aire debajo de una zona arbolada. El tema del clima y sus efectos en la sociedad es complejo, por eso vale la pena sentir, observar y estar atentos. También hay que seguir disfrutando de este cierre de año que fue caótico, pero demasiado interesante, en un México por el que vale la pena trabajar colectivamente. 


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