María del Rosario Fátima Robles Robles
El “quédate en casa” no es neutral
En los últimos 100 días una frase se ha repetido constantemente “quédate en casa” dando por hecho, que todos tenemos casa, alimento, comida, sustento y que no se tiene necesidad de salir, porque en casa, hay una mujer que cuida de los hijos, padres, personas con discapacidad o enfermos.
Sin embargo, el “quédate en casa” no es neutral, en realidad representa una carga de trabajo adicional para las mujeres y una fuente de tensión.
Socialmente la mujer es la responsable del trabajo doméstico, de los trabajos de cuidado en niños y personas de la tercera edad, personas en enfermas, entre otras, tareas que son reforzadas desde diferentes figuras de poder, que refrendan roles estereotipados, al señalar que son las madres o las abuelas las encargadas de las tareas de cuidado.
En México, la mujer realiza el 76.7% del trabajo no remunerado del cuidado y los hombres solamente el 23.3%, es decir 3.29 veces más (INEGI, 2019) Estas cifras desproporcionadas, se agravan durante la pandemia, con los niños y jóvenes en casa, a la mujer se le ha incrementado notablemente el trabajo, debido a que no solamente tiene que ingeniárselas para que sus hijos continuen su educación, trabajar desde casa, realizar el trabajo doméstico y además, cuidar que no hagan ruido o no molesten al papá, cuando también realiza trabajo en casa o por el simple hecho de encontrarse el hombre en casa y no desea ser “molestado”, además del reducido tamaño de las viviendas en México (entre 28 y 42 mts. en promedio la vivienda de interés social) y las condiciones de hacinamiento de las viviendas en México, que de acuerdo al CONEVAL (2010), el 11.8% tienen carencias por hacinamiento (más de 2.5 personas por cuarto) y el 17% tienen carencias en calidad y espacios de la vivienda.
Hay una realidad que ha sido ignorada por el “quédate en casa”, el número de mujeres que tiene que salir a trabajar por que son jefas de hogar y de ellas dependen hijos y en algunos casos padres, las cuales representan el 28.7% (INEGI, 2020) y en el confinamiento, en el mejor de los casos, tienen que hacer malabares para combinar todos los roles y cumplir con el trabajo o se encuentran desempleadas, en el peor, las personas bajo su cuidado se encuentran desprotegidas y vulnerables.
Sin instituciones de apoyo, sin recursos, confinadas ¿cómo le hacen las mujeres, para salir adelante? Y cómo jefa de familia ¿Quién cuida a sus dependientes?
El estado mexicano ha sido omiso ante la necesidad de establecer políticas públicas de cuidado, hasta el día de hoy, una gran parte éstos se proporcionan a través de las actividades no remuneradas que realizan las mujeres y en el momento actual, ante la pandemia, no se han establecido medidas, que apoyen a las mujeres para enfrentar la crisis y no se han considerado las enormes desigualades sociales.
El trabajo de cuidado, representan el 23.5% del PIB (INEGI,2018) y la mayoría de éste lo realizan mujeres, lo que representa 5.5 billones de pesos, sin embargo, las mujeres han sido las más olvidadas en las políticas públicas. En la actual pandemia, no han recibido ningún tipo de apoyo, para ellas y sus dependientes, lo que las coloca en una situación de vulnerabilidad y de desigualdad.
El “quédate en casa” como se ha operado en México, es miope de la realidad del trabajo de cuidado, ciego ante las enormes desigualdades de vivienda, de trabajo y de salud, ausente de políticas públicas que apoyen a la población más desprotegida y sobre todo que compense de manera mínima, a las mujeres que realizan los trabajos de cuidado y protección que corresponden al Estado.
El “quédate en casa” sin políticas públicas de apoyo, después de más de 100 días de pandemia y cerca de 1 100 000 de empleos pérdidos es trivial en México porque no se han atendido las necesidades de los más desprotegidos y descansa en el trabajo no remunerado de las mujeres.
*Profesora Investigadora de la Universidad Estatal de Sonora
Doctorado en Ciencias Sociales por El Colegio de Sonora
rosrobles@yahoo.com.mx