El reconocimiento de la violencia de género en los espacios universitarios como un tema central del debate público que representa un problema social y no un asunto privado, revela la investigación de Ivette Rocío Araujo Velásquez, quien presentó la tesis “Ojos en la UES”. Medidas de combate a la violencia de género contra las mujeres en la Universidad de El Salvador, para obtener el grado de doctorado en Ciencias Sociales por El Colegio de Sonora.

En su trabajo, señala que las Instituciones de Educación Superior enfrentan el reto de transformar estructuras y prácticas que reproducen desigualdades de género. La Universidad de El Salvador (UES), la institución pública más importante de ese país centroamericano, no es la excepción y ha sido escenario de denuncias, cuestionamientos y exigencias de cambio.

En este contexto, su investigación reveló que las acciones institucionales implementadas para atender la violencia de género son insuficientes y documentó la presencia de una cultura de simulación en el tratamiento de los casos y de una violencia institucionalizada que se mantiene como parte de la vida universitaria.

Araujo Velásquez, egresada de la IX promoción del doctorado en Ciencias Sociales del Colson, identificó fallas profundas en el andamiaje institucional, tales como obstáculos para ejecutar acciones efectivas, ausencia de sanciones en los casos denunciados o dependencia de la cooperación internacional para operar mecanismos de atención.

En contraste, el estudio resalta el papel político, organizativo y transformador de las colectivas feministas, cuyo activismo ha sido determinante para visibilizar casos, presionar por reformas y acompañar a las estudiantes frente a la inacción institucional. 

Afirmó que la visibilización de la violencia de género se debe en gran parte a los movimientos feministas, que han impulsado procesos de sensibilización y han cuestionado a las universidades como lugares que, aunque son generadores de conocimiento, también reproducen el orden de género desigual presente en la sociedad.

Asimismo, sostuvo que en la UES persisten formas de violencia sexual, psicológica, académica y simbólica, ampliamente señaladas por colectivas feministas y documentadas en medios, a pesar de que la universidad ha instaurado medidas para atender esta problemática, su efectividad aún sigue siendo objeto de debate.

La defensa de esta tesis se realizó en la sala Lían Karp y el comité evaluador estuvo integrado por su directora, la doctora Mercedes Zúñiga Elizalde, y las doctoras María del Carmen Arellano Gálvez y Hazel Bolaños Vásquez, como lectoras interna y externa, respectivamente.

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