Fecha de publicación: 06/01/2020 Tweet Compartir
“El descenso de las tasas de fecundidad; la urbanización; la incorporación de la mujer a la fuerza laboral; las mejoras en las condiciones de vivienda, la infraestructura y el saneamiento; así como la implementación de intervenciones preventivas y terapéuticas han impactado en las estructuras de edad y en las expectativas de vida”, señala el doctor Pablo Alejandro Reyes Castro.
El profesor-investigador de El Colegio de Sonora menciona que este resultado refleja no sólo la reducción en la probabilidad de muerte a edades tempranas sino, además, el envejecimiento paulatino de la población.
Detalla que en Hermosillo son los hombres, el grupo de la población sobre la que recayó en mayor medida la carga de la mortalidad (hombres=61.6% versus mujeres=38.4%) y solo 16.3 por ciento de la carga de la mortalidad ocurrida se atribuyó a enfermedades del tipo infeccioso, materno, perinatal y nutricional.
“Fue evidente el predominio de la mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) que ejercen su mayor carga en edades avanzadas. Las muertes por causas externas, donde los accidentes y homicidios presentan los retos en materia de seguridad y salud pública asociados con la movilidad urbana, el crimen y la convivencia social en la ciudad”, destaca.
Reyes Castro agrega que las principales desigualdades se observaron en la autosegregación espacial ejercida por los residentes agrupados en zonas cuya condición de muy baja marginación brindó un factor protector ante la muerte por cualquier causa con respecto al resto de la población.
En el artículo recientemente publicado en línea en la revista región y sociedad, añade que el objetivo del estudio es focalizar las intervenciones para mejorar el acceso a la salud y el entorno construido de este segmento poblacional, los tomadores de decisiones deben considerar las implicaciones de dicho fenómeno.
“El análisis espacial de la mortalidad ajustada por edad evidenció espacios de fragmentación y de desigualdad en la ciudad. Estas desigualdades se refirieron en menor medida a zonas específicas de la periferia, cuyas condiciones de alta marginación las vuelven vulnerables ante la muerte relacionada con los tres grandes grupos de causas que requieren atención focalizada”, sostiene.
Atender las necesidades crecientes de la población afectada por estas enfermedades resulta de especial interés en la localidad y el análisis de la mortalidad bruta mostró la fuerte dependencia espacial de la mortalidad por ECNT y el envejecimiento poblacional como resultado de la segregación residencial del adulto mayor observada en el centro de la ciudad.
Este artículo puede consultarse en: https://regionysociedad.colson.edu.mx:8086/index.php/rys/article/view/1209/1587