Fecha de publicación: 01/01/2020 Tweet Compartir
Los limitados escurrimientos para los ecosistemas ribereños del río Sonora, han puesto en riesgo la seguridad hídrica de estos, y también la sustentabilidad de dichos ecosistemas que son de origen antrópico (cambios en la cobertura, represos y presas), aseguró el doctor Rolando Díaz Caravantes.
Durante su ponencia presentada el pasado jueves 28 de noviembre en El Colegio de Sonora en el Foro “Impactos socioambientales de las presas en el noroeste de México”, y en la cual mencionó que este cambio en el manejo de la presa El Molinito también obedece a cambios de origen físico pues después de 1996 el escurrimiento que fluye hacia esta presa disminuyó drásticamente.
“A partir de 2008, se implementó el acueducto El Molinito que según los planes suministraría 1,500 litros por segundo desde la presa El Molinito hasta las plantas de tratamiento de agua aledañas a la ciudad”, sostuvo.
Díaz Caravantes destacó que esta modificación en la función de la presa obedecía a satisfacer la necesidad de una ciudad cada vez más creciente, la cual duplicó su población entre 1980 y 2000 en un 84 por ciento, a pesar de que en ese último año ya se rebasaba el medio millón de habitantes (545 mil 928).
Agregó que en el tiempo en que se utilizó la estrategia de recarga, de 1998 a 2008, al fluir el agua por el cauce natural del río Sonora hacia la zona de recarga, también los pozos agrícolas y vegetación ribereña recibían agua para sus funciones.
El principal cambio fue una drástica disminución del uso agrícola, explicó, pues fue sustituida principalmente por mezquital, pastizal y vegetación ribereña, y estos cambios de mezquital y vegetación ribereña aparentemente no representan cambios positivos para la productividad, que de acuerdo al índice de vegetación del 2011 es mucho menor al que existía en 1993.
Puntualizó que después de 1998, el agua se almacenaba en la presa por un largo período hasta que era liberada a través del río Sonora para recargar una zona del acuífero Mesa del Seri - La Victoria, en donde se ubican buena parte de los pozos urbanos.
Esta ponencia se realizó en coordinación con los doctores José Raúl Romo León, Romeo Méndez Estrella y Christopher A. Scott como parte de los trabajos realizados por el Observatorio del Río Sonora.