Jornaleras agrícolas en el noroeste de México construyen nuevos significados de género

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“Los avances que en los últimos años se han obtenido en México en materia de derechos en favor de las mujeres, no parecen incidir de manera directa y amplia en las relaciones de género que se establecen de forma general entre hombres y mujeres, lo que revela que la dominación masculina no se ha quebrantado sustancialmente y las desigualdades entre ambos sexos persisten”, destaca la doctora Mercedes Zúñiga Elizalde.

Sin embargo, advierte, actualmente las mujeres en el país, incluidas las jornaleras agrícolas, experimentan cambios notables en la manera de percibirse a sí mismas y sobre su actuar en los diferentes ámbitos de su vida. 

 A través de entrevistas colectivas realizadas a trabajadoras en Baja California, Sonora y Sinaloa, la especialista analizó las pequeñas y cotidianas acciones de resistencia por medio de las cuales intentan construirse en sujetos que decidan sobre sí mismas en los entornos de violencia que las circundan. 

Acciones como percibirse a sí mismas como portadoras de derechos que no pueden ser negados, la exigencia de respeto y reconocimiento que se merecen como mujeres, como trabajadoras y como indígenas, poner resistencia frente a los malestares que viven en el trabajo forman parte de procesos complejos que les permiten reelaborar su condición de género y les posibilita a mirar de otra manera sus formas de vida. 

“Las construcciones de género de hombres y mujeres no son fijas y se manifiestan diferencialmente, dependiendo de los contextos históricos, socioeconómicos y culturales. Estos dispositivos se articulan junto con otros provenientes de la condición étnica y de clase, y de los distintos elementos y factores de diferenciación y adscripción personal”, señala. 

La profesora-investigadora de El Colegio de Sonora agrega que esto las lleva a construir nuevos significados respecto de sus referentes identitarios e iniciar procesos de cuestionamiento de las asignaciones y mandatos de género que se les imponen. 

Añade que en la disyuntiva de salir de la violencia o seguir prisioneras de las identidades que les designa el género, la etnia o la clase social, las jornaleras entrevistadas parecen producir un mundo diferente a través de los actos constitutivos de nuevas experiencias subjetivas, cambios que parecen estar dándose en todos los planos, a pesar de sus condiciones desfavorables. 

Tener derecho a tener derechos es la base que sustenta estos procesos de transformación, asegura, y a pesar de que el resultado de todo ello es incierto, es abierto a diversas posibilidades ante un contexto social, económico y cultural hegemonizado por la violencia. 

Si le interesa más información puede consultar el texto completo en: http://www.sociologicamexico.azc.uam.mx/index.php/Sociologica/article/view/1365   

Escrito por Ana Rosa Sánchez Orendain

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