Liza Fabiola Ruiz Peralta
Reflexionando con los docentes de migrantes
Autores reconocidos de la región del noroeste de México expresan que este retorno se enmarca en una dimensión
espacial, temporal y social (Valdez-Gardea 2012), y argumentan que el proceso de retorno no es un evento aislado, sino
que se configura como parte de un proceso integral que involucra a diversos actores. Tal es el caso de las familias
mexicanas que después de cierto tiempo en Estados Unidos vuelven a México a causa de la crisis económica y cuentan
con el vínculo de las redes sociales que han conformado los paisanos a lo largo de muchas décadas en el estado de
Sonora.
El retorno se ha entendido y estudiado comúnmente como el proceso de salida y llegada, atendiendo principalmente a las
dimensiones espacial y económica. En el caso de las familias mexicanas que regresan, la dimensión temporal se hace
presente ante la perspectivay la experiencia del retorno. La presente reflexión invita al lector a analizar qué impacto tienel
retorno de la familia migrante en la esfera escolar.
Una de las aristas de este retorno es la manera como niñas, niños y
jóvenes viven el proceso de retorno, principalmente al momento de integrarse a la dinámica escolar en las aulas
mexicanas.
Miles de menores migrantes en Sonora, desde 2008 hasta la fecha, se acercan al sistema educativo con la finalidad de
iniciar o retomar sus estudios. La Secretaría de Educación y Cultura del Estado, en conjunto con instituciones
gubernamentales y académicas, sigue de cerca el impacto que la llegada de menores migrantes implica para la comunidad
escolar.
Hoy día es tan importante como necesario reconocer que este fenómeno diversifica la matrícula escolar. Así, las
diferencias culturales, sociales y académicas de nuestros estudiantes, sobre todo en las regiones fronterizas, son notorias.
Lo anterior es una razón de peso para reconsiderar las prácticas y necesidades de los educandos.
No es posible pensar que el retorno y arribo de migrantes traiga consigo únicamente un sentimiento de incertidumbre y
añoranza. Son procesos cambiantes que para muchos menores conlleva un cambio agradable una vez que los alumnos se
familiarizan con la dinámica escolar.
Son los maestros quienes contribuyen principalmente para que estos nuevos espacios
académicos y sociales se conviertan en lugares de experiencias positivas para los menores migrantes, cuya finalidad no
sea simplemente que los educandos se adapten al sistema sino comprender que sus esquemas previos de aprendizaje
son también una herramienta para compartir y complementar el aprendizaje y las estrategias de enseñanza de nuestra
dinámica escolar. El Colegio de Sonora y el Seminario Niñez Migrante contribuye en la labor docente y la sensibilización de este
importante fenómeno educativo.
*Maestra en Ciencias Sociales por El Colegio de Sonora. Correo electrónico: fruiz@colson.edu.mx